jueves, 4 de septiembre de 2014

BIOGRAFÍA DE MARIO VARGAS LLOSA



Vargas Llosa nació Arequipa, 28 de marzo de 1936 en el seno de una familia de clase media de ascendencia mestiza y criolla en la ciudad de Arequipa, en el sur del Perú.
 Fue el único hijo de Ernesto Vargas Maldonado y de Dora Llosa Ureta, quienes se separaron meses antes de su nacimiento para divorciarse luego del mismo, de mutuo acuerdo. Poco después de que Mario naciera, su padre reveló que tenía una relación con una mujer alemana y, como resultado de dicha unión nacieron dos medio hermanos menores del escritor: Enrique y Ernesto Vargas
Mario los primeros años de su niñez, junto con su madre y la familia de esta, cursando estudios primarios en el Colegio La Salle, hasta el cuarto grado.Hasta los diez años, se le hizo creer que su padre había fallecido, ya que su madre y su familia no querían explicarle que se habían separado.
Los tíos de Mario se establecieron en Lima, mientras que Mario y su madre siguieron al abuelo a la ciudad de Piura. Allí Mario continuó sus estudios de primaria en el Colegio Salesiano Don Bosco, cursando el quinto grado y donde hizo amistad con uno de sus compañeros, Javier Silva Ruete, quien tiempo después sería ministro de economía.
A los 14 años, su padre lo envió al Colegio Militar Leoncio Prado, en el Callao, un internado donde cursó el 3º y el 4º año de secundaria, entre 1950 y 1951. Allí soportó una férrea disciplina militar, y, según su testimonio, fue la época en la que leyó y escribió «como no lo había hecho nunca antes», consolidando así su precoz vocación de escritor
Durante las vacaciones, Vargas Llosa empezó a trabajar como periodista en el diario limeño Ese mismo año se retiró del colegio militar y se trasladó a Piura, donde vivió con su tío Luis Llosa (el “tío Lucho”) y cursó el último año de educación secundaria en el colegio San Miguel de Piura.
En 1953, durante el gobierno de Manuel A. Odría, Vargas Llosa ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde estudió Derecho y Literatura. Participó en la política universitaria a través de Cahuide, nombre con el que se mantenía vivo el Partido Comunista Peruano, entonces perseguido por el gobierno, contra el que se opuso a través de los órganos universitarios y en fugaces protestas en plazas. Poco tiempo después, se distanció del grupo y se inscribió en el Partido Demócrata Cristiano de Héctor Cornejo Chávez, esperanzado en que esa agrupación lanzara la candidatura de José Luis Bustamante y Rivero, quien, por aquel entonces, regresaba del exilio.
En 1955, a la edad de 19 años, contrajo matrimonio con Julia Urquidi, su tía política por parte materna, quien era 10 años mayor. Debido al rechazo que este acto causó en su familia, se vieron forzados a separarse durante un tiempo estando recién casados. Para lograr mantener una vida en común, el joven Mario, ayudado por Porras Barrenechea, consiguió hasta siete trabajos simultáneos: como asistente de bibliotecario del Club Nacional, escribiendo para varios medios periodísticos e incluso catalogando nombres de las lápidas del Cementerio Presbítero Matías Maestro de Lima; finalmente ingresó a trabajar como periodista en Radio Panamericana, aumentando sustantivamente sus ingresos.
Por entonces, Vargas Llosa empezó con seriedad su carrera literaria con la publicación de sus primeros relatos: El abuelo y Los jefes (en la revista Mercurio Peruano, febrero de 1957) A fines de 1957 se presentó a un concurso de cuentos organizado por La Revue Française, una importante publicación francesa dedicada al arte. Su relato titulado El desafío obtuvo el primer premio, que consistía en quince días de visita en París, hacia donde partió en enero de 1958Ese mismo año se graduó de bachiller en Humanidades en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, recibió la beca Javier Prado para seguir cursos de posgrado en la Universidad Complutense de Madrid, en España. Antes de partir hacia Europa, hizo un corto viaje por la amazonía peruana, experiencia que después le serviría para ambientar tres de sus novelas —La casa verde, Pantaleón y las visitadoras y El hablador— en dicho espacio geográfico.
En 1960, luego de terminarse la beca en Madrid, Vargas Llosa se mudó a Francia creyendo que iba a obtener una beca para estudiar ahí; sin embargo, llegado a París se enteró que su solicitud había sido denegada Su matrimonio duró algunos años más, pero terminó en divorcio en 1964. Un año después, Vargas Llosa se casó con su prima, Patricia Llosa, con quien tuvo tres hijos: Álvaro Vargas Llosa escritor y editor; Gonzalo empresario; y Morgana  fotógrafa.
En la capital francesa, terminó de escribir su primera novela, La ciudad y los perros, y allí, a través del hispanista Claude Couffon, entró en contacto con Carlos Barral, director de la editorial Seix Barral. La novela consiguió en 1962 el Premio Biblioteca Breve y se publicó al año siguiente en la editorial barcelonesa.
 En 1971, bajo la dirección del profesor Alonso Zamora Vicente, obtiene un Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid con la calificación de sobresaliente cum laude por su tesis García Márquez: lengua y estructura de su obra narrativa, publicada luego bajo el título de García Márquez: historia de un deicidioFue jurado del Festival de Cannes de 1976.

Después de micho esfuerzo el Jueves 07 de octubre del 2010 ganó el premio Mario Vargas Llosa ganó el premio Nobel de Literatura lo cual alegro a todo el Perú.

OBRAS:


UNA GENIALIDAD



En el ejército de Salaverry había unos treinta oficiales excedentes, a los que se les llamaba “rabones”.
Iban en las marchas a la vanguardia, siendo los primeros en llegar a los pueblos, donde cometían extorsiones infinitas. Al entrar las tropas, ya ellos habían tomado los mejores alojamientos y matado el hambre y la sed. Con frecuencia, recibía Salaverry quejas de los vecinos por sus abusos, hasta que – fastidiado - llamó al jefe del Estado Mayor, José María Lastres, y le dijo: Coronel, reúnalos, califíquelos y destínelos.
Lastres escogió veinte. Quedaron nueve o diez, a quienes consideró peligroso colocarlos en el ejercicio.
Al día siguiente, le preguntó don Felipe Santiago: y bien, coronel... ¿qué ha dispuesto con los rabones?
_ He colocado a veinte en el ejército; pero de los otros, Que son corrompidos, francamente, no sé Qué hacer.
_ ¿No sabe Qué hacer con ellos? Pues, fusílelos.
_ ¡Fusilarlos, mi general! -exclamó asustado lastres...
_ Sí, fusílelos hoy mismo. La patria ganará deshaciéndose de oficiales indignos de la honrosa carrera de las armas...
_ Que los mate el enemigo y no nosotros -arguyó lastres. y le costó lograr Que Salaverry revocase la orden:
_ Impóngales la orden de tomar un fusil y batirse siempre que haya cambio de balas. Ya Que no pueden servir como oficiales, Que sirvan como hombres - dijo Salaverry.
Pero, la genialidad del jefe supremo no fue secreto para los rabones. Sabiendo Que arriesgaban la pelleja, cambiaron un tanto su conducta; comportándose heroicamente en Uchumayo y Socabaya. Todos menos tres, en diez días, murieron como bravos en defensa de su bandera y del caudillo que representaba la causa de la voluntad peruana.

Fuente: Tradiciones De Ricardo Palma.

FRAY MARTÍN YA NO HACE MILAGROS



Para santo milagroso, mi paisano Fray Martín de Porres.
El escritor, padre Ventura de la Ráulica, en su panegírico de Fray Martín (1863) refiere que estuvo el santo en las Molucas, China y Japón, libertando del martirio a jesuitas misioneros, pues Dios le concedió el privilegio de la doble presencia. Consta en su proceso de canonización.
En pleno siglo XVII, todas las mañanas acudían a Santo Domingo un cardumen de viejas y muchachas devotas en demanda del lego. Fastidiado el prior de que acudieran más faldas que al jubileo, resolvió sentenciar padre – dijo el lego.
- Le prohíbo hacer milagros Sin antes pedirme permiso.
- Acato la prohibición, reverendo padre -dijo el lego.
Pero, seguía haciendo milagros de poca monta.
Un día resbalose del andamio un pobre albañil, y en su cuita gritó:
“¡Sálveme!”. Fray Martín alzó las manos y le dijo: “Espere, que voy por la licencia”. Y el albañil esperó en el aire. - ¿Qué permiso voy a dar si ya está el milagro? -dijo el prior - En fin, anda y remátalo, pero que no se repita.
Fallecido en noviembre de 1639, a los sesenta años, nadie se quedó sin reliquia de un reta cito del hábito o sin una pulgada de tierra de la sepultura; la que, dizque, curaba la diarrea. Las reliquias se fueron al olvido, y las del convento, el arzobispo republicano Jorge Benavente, el 28 de setiembre de 1837, las remitió a Roma. ¡Si hemos sido ingratos, que ya no tenemos ni sus reliquias!
El difunto no anduvo remolón para hacer milagros. Por eso, una mañana se levantó con la vena gruesa el prior y junto a la sepultura, le dijo solemne:
“Hermano Martín, siempre me obedeciste, y no creo que en el cielo te hayas vuelto orgulloso: ¡basta de milagros... No vuelvas a hacerlos!”.
Lo que Fray Martín sigue acatando, pues de sus milagros prodigiosos, después de 1640, nada. Hoy, lo más hacedero me parece criar moscas con biberón que hacer milagros.

Fuente: Tradiciones De Ricardo Palma.