jueves, 4 de septiembre de 2014

FRAY MARTÍN YA NO HACE MILAGROS



Para santo milagroso, mi paisano Fray Martín de Porres.
El escritor, padre Ventura de la Ráulica, en su panegírico de Fray Martín (1863) refiere que estuvo el santo en las Molucas, China y Japón, libertando del martirio a jesuitas misioneros, pues Dios le concedió el privilegio de la doble presencia. Consta en su proceso de canonización.
En pleno siglo XVII, todas las mañanas acudían a Santo Domingo un cardumen de viejas y muchachas devotas en demanda del lego. Fastidiado el prior de que acudieran más faldas que al jubileo, resolvió sentenciar padre – dijo el lego.
- Le prohíbo hacer milagros Sin antes pedirme permiso.
- Acato la prohibición, reverendo padre -dijo el lego.
Pero, seguía haciendo milagros de poca monta.
Un día resbalose del andamio un pobre albañil, y en su cuita gritó:
“¡Sálveme!”. Fray Martín alzó las manos y le dijo: “Espere, que voy por la licencia”. Y el albañil esperó en el aire. - ¿Qué permiso voy a dar si ya está el milagro? -dijo el prior - En fin, anda y remátalo, pero que no se repita.
Fallecido en noviembre de 1639, a los sesenta años, nadie se quedó sin reliquia de un reta cito del hábito o sin una pulgada de tierra de la sepultura; la que, dizque, curaba la diarrea. Las reliquias se fueron al olvido, y las del convento, el arzobispo republicano Jorge Benavente, el 28 de setiembre de 1837, las remitió a Roma. ¡Si hemos sido ingratos, que ya no tenemos ni sus reliquias!
El difunto no anduvo remolón para hacer milagros. Por eso, una mañana se levantó con la vena gruesa el prior y junto a la sepultura, le dijo solemne:
“Hermano Martín, siempre me obedeciste, y no creo que en el cielo te hayas vuelto orgulloso: ¡basta de milagros... No vuelvas a hacerlos!”.
Lo que Fray Martín sigue acatando, pues de sus milagros prodigiosos, después de 1640, nada. Hoy, lo más hacedero me parece criar moscas con biberón que hacer milagros.

Fuente: Tradiciones De Ricardo Palma.
 


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